Fuente: Última Hora
Una combinación a priori extraña pero que funciona a la perfección en una propuesta que mantiene todas las características esenciales de series como Bewitched, I Love Lucy, The Dick Van Dyke show o Mary Tyler Moore y que se estrena mañana en la plataforma de Disney en todos los países en los que está presente, entre ellos España.
Con los primeros capítulos en un precioso blanco y negro con poco contraste, que se va tornando en color según avanza la época en la que se desarrolla, la historia de WandaVision sitúa a los dos superhéroes -interpretados por Elizabeth Olsen y Paul Bettany- en el idílico barrio de Westview.
La historia comienza después de los terribles acontecimientos de Vengadores: Endgame» (2019), que supuso un punto de inflexión en el universo cinematográfico de los superhéroes de Marvel, con la desaparición de algunos de los más simbólicos.
Pero una de las grandes incógnitas de la serie es la mera presencia de Vision, que falleció en Vengadores: Infinity War (2018). Aunque al final de Endgame, durante el funeral de Tony Stark (Iron Man), hay una conversación entre Ojo de Halcón y Wanda en la que se lamentan de que Nat (Black Widow) no haya visto la victoria de los Vengadores.
«Ella lo sabe. Ambos lo saben», responde una misteriosa Wanda
Si es esa la clave de la reaparición de Vision en la primera serie de Marvel para Disney+, aún es pronto para saberlo porque la plataforma solo ha proporcionado a la prensa los tres primeros capítulos y aunque por los tráilers se sabe que habrá escenas típicas de superhéroes y grandes batallas, en el inicio de la serie apenas se puede intuir lo que va a pasar.
De momento estos tres primeros episodios son una delicia en la que se recupera la sencillez, humor y escenas cotidianas de esas sitcom en las que el hogar y las familias eran el centro de las tramas.
Aquellas historias protagonizadas por Lucille Ball y Desi Arnaz en «I Love Lucy» o Elizabeth Montgomery y Dick York, en «Bewitched», están ahora al servicio de Wanda (Olsen) y un Vision (Bettany) que cambia su cara andrógina a una humana cuando hay riesgo de encontrarse con alguna persona.
Tramas simples, con bromas blancas y familiares en capítulos que respetan la escueta duración de las sitcom de los sesenta y setenta, apenas 30 minutos por capítulo.
Son 9 los episodios que componen esta temporada de la serie, que supone un giro radical al estilo con el que la historias de Marvel han saltado al cine o a la televisión hasta ahora.
Resulta tierno y divertido ver a Wanda vestida de perfecta ama de casa tratando de cocinar ayudada por su magia, con las cacerolas rodeándole la cabeza. Y aún más contemplar a Vision como un rapidísimo contable que trata de ganarse un ascenso en su trabajo.
Tanto ellos como los secundarios se van adaptando a la estética de cada serie a la que homenajean mientras el guion va introduciendo en cada episodio pequeños guiños al mundo de los superhéroes al que parece que volverán los dos protagonistas con la evolución de la trama.
Mensajes recibidos a través de la radio para Wanda, helicópteros de juguete de color que irrumpen en una vida en blanco y negro o vecinos que no son lo que parecen, van dando pistas sobre cómo va a cambiar la idílica vida de los protagonistas.
Pero mientras regresa la trepidante acción que caracteriza las aventuras de los Avengers, Wanda y Vision disfrutan de una vida divertida y simple al son de una cuidada banda sonora que incluye canciones como «Help me Rhonda», de los Beach Boys; «Yakety Yak», de The Coasters, o «Daytime believer», de The Monkeys.
Una escenario pretendidamente ficticio y perfecto interrumpido por pequeños momentos que nos recuerdan que Wanda y Vision están muy lejos de ser una simple ama y un contable.