Fuente: La Nación
La vacuna contra el COVID-19 desarrollada por los británicos de AstraZeneca y la Universidad de Oxford reduce la transmisión del virus en un 67% desde la primera dosis, según un análisis de los ensayos clínicos divulgado el miércoles.
Este estudio, realizado en Oxford y que aún debe ser revisado por científicos exteriores antes de su publicación, señala que las personas vacunadas no solo están protegidas contra síntomas graves de la enfermedad, sino que tienen menos probabilidades de contagiar. La vacuna puede así tener un “enorme impacto” en términos de transmisión, afirmó el miércoles a la BBC el director del proyecto, Andrew Pollard, aunque precisó que las pruebas se realizaron antes de la aparición de las nuevas variantes.
Contra las infecciones, el estudio muestra una eficacia del 76% tras la primera dosis, que se mantiene durante tres meses. La eficacia sube al 82% tras una segunda dosis inyectada tres meses después. Estos elementos refuerzan la estrategia del gobierno británico que para poder vacunar a más gente rápidamente decidió posponer la segunda inyección hasta 12 semanas después.
El Reino Unido, que ha vacunado ya a 9,6 de sus 66 millones de habitantes, utiliza actualmente las vacunas de AstraZeneca/Oxford y Pfizer/BioNTech, a las que se unirá en la primavera boreal la desarrollada por Moderna.
“Esto demuestra al mundo entero que la vacuna de Oxford funciona bien”, se congratuló el ministro de Sanidad, Matt Hancock, en declaraciones a la BBC, tras las críticas de algunos países que como Francia y Alemania no la recomiendan a los mayores de 65 años por haber pocos datos en los ensayos clínicos sobre su eficacia en este grupo. El gobierno de Boris Johnson se apoya en la vacunación masiva para poder levantar el tercer confinamiento en que se encuentra el país, que registra ya más de 108.000 muertos por COVID-19, el peor balance de un país europeo.
“Si estas vacunas reducen la transmisión en la medida indicada, significará que se podrán relajar las restricciones antes que si tuviéramos que esperar a la inmunidad colectiva”, estimó el doctor Gillies O’Bryan-Tear, exdecano de la Facultad de Medicina Farmacéutica de Londres. “Esto sería el santo grial del despliegue mundial de vacunas”, añadió.