Fuente: La Nación
Hace apenas un par de días que el cantante paraguayo Jesús Emilio Andrés Ayala Benítez reveló a través de una publicación en su cuenta en Facebook que tanto él como su esposa, Jennifer Salinas, dieron positivo al COVID-19. No así su hijo Manuelito, de unos 7 años aproximadamente, quien no se contagió y estaba en óptimas condiciones de salud, a cargo de sus abuelos.
“Gente, estamos con COVID-19, les pedimos oración, Manuelito está bien con sus abuelos. Ella está peor y está internada, para mí ya no hay lugar y me estoy medicando solo”, fue el escrito que publicó Jesús Ayala, que va acompañado de una serie de fotografías, y en una de ellas se ve a Jennifer ya internada.
A raíz de las complicaciones generadas por el coronavirus, Jennifer tuvo que ser intubada debido a su estado crítico, y Jesús también debió recibir la misma atención, pero a consecuencia de la terrible crisis en el servicio sanitario por la que atraviesa el país, no corrió la misma suerte. Ya que las camas están ocupadas al 100%, no hay medicamentos y existen faltantes de todo tipo de insumos para hacer frente al virus.
Por lo que Ayala Benítez de 36 años se albergaba en las inmediaciones y pasillos del hospital de contingencia del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias y del Ambiente (Ineram), en Asunción, según relataron sus allegados. Además de que él mismo había declarado que estaba con un tratamiento, que llevó adelante él solo, sin el acompañamiento médico.
Lamentablemente, al segundo día de haber publicado la delicada situación por la que se encontraba tanto él como su esposa, Jesús Ayala no resistió y falleció sin haber recibido ningún tipo de atención hospitalaria, a causa de que el sistema sanitario se encuentra en alerta roja, al borde del colapso.
Tras darse a conocer lo sucedido, varios artistas nacionales lamentaron la triste noticia e hicieron llegar sus condolencias a toda la familia. De esta manera, Paraguay sigue llorando a sus muertos gracias a la agobiante situación en la que se encuentra el sector de la salud, teniendo en cuenta y destacando que estamos en plena pandemia.
Por otro lado, cabe mencionar que Jesús Ayala y Jennifer Salinas son padres de Manuelito, el niño que padecía una deformidad del corazón, conocida como síndrome de Shone, por lo que ambos se trasladaban constantemente hasta Buenos Aires, Argentina, donde realizaban todo tipo de actividades para recaudar fondos a beneficio de Manuelito, que fueron destinados a las diversas cirugías para que recibiera el tratamiento adecuado.