Fuente: INFOBAE
Estados Unidos impuso este jueves sanciones a Rusia por su presunta interferencia en las elecciones presidenciales de 2020 y su supuesto papel en el ciberataque masivo de SolarWinds, además de imponer castigos relacionados con las acciones rusas en Ucrania y Afganistán.
El presidente Joe Biden ordenó una ampliación de las restricciones a los bancos estadounidenses que negocian con la deuda del gobierno ruso, expulsó a 10 diplomáticos que incluyen presuntos espías y sancionó a 32 personas que presuntamente intentaron inmiscuirse en las elecciones presidenciales de 2020, dijo la Casa Blanca.
La orden ejecutiva de Biden “envía una señal de que Estados Unidos impondrá costos de manera estratégica y económicamente impactante a Rusia si continúa o intensifica su acción internacional desestabilizadora”, dijo la Casa Blanca.
En respuesta, el Kremlin convocó al embajador estadounidense en Moscú y consideró “inevitable” responder a la decisión de Estados Unidos.
Las sanciones, adelantadas durante semanas por la administración, representan las primeras medidas de represalia anunciadas contra el Kremlin por el ciberataque de SolarWinds. En esa intrusión, se cree que los piratas informáticos rusos infectaron software ampliamente utilizado con código malicioso, lo que les permitió acceder a las redes de al menos nueve agencias en lo que los funcionarios estadounidenses creen que fue una operación de recopilación de inteligencia dirigida a minar secretos gubernamentales.
Además, los funcionarios estadounidenses alegaron el mes pasado que el presidente ruso Vladimir Putin autorizó operaciones de injerencia para ayudar a Donald Trump en su intento fallido de reelección como presidente, aunque no hay evidencia de que Rusia o alguien más haya cambiado los votos o manipulado el resultado.El presidente ruso Vladimir Putin durante una conferencia el 14 de abril (Sputnik/Alexei Druzhinin/Kremlin via REUTERS)
Las medidas anunciadas el jueves incluyen sanciones a seis empresas rusas que apoyan las actividades cibernéticas del país, además de sanciones a 32 personas y entidades acusadas de intentar interferir en las elecciones presidenciales del año pasado, incluso mediante la difusión de desinformación.
Entre los 10 diplomáticos expulsados se encuentran representantes de los servicios de inteligencia rusos, dijo la Casa Blanca.
Además, las medidas ordenadas por Biden incluyen algunas que no se hicieron públicas, dijo un alto funcionario estadounidense.
“Habrá elementos de nuestras respuestas a estas acciones que permanecerán invisibles”, dijo el funcionario, que habló bajo condición de anonimato.
La Casa Blanca también dijo que Biden estaba utilizando canales diplomáticos, militares y de inteligencia para responder a los informes de que Rusia alentó a los talibanes a atacar a las tropas estadounidenses y aliadas en Afganistán basándose en las “mejores evaluaciones” de la comunidad de inteligencia.
El año pasado surgieron informes de supuestas “recompensas”, y la administración Trump fue criticada por no plantear el problema directamente con Rusia. La Casa Blanca no confirmó públicamente los informes. “La seguridad y el bienestar del personal militar de Estados Unidos, y el de nuestros aliados y socios, es una prioridad absoluta de Estados Unidos”, dijo el jueves la Casa Blanca.
Por otra parte, el Departamento del Tesoro, junto con la Unión Europea, Australia, Gran Bretaña y Canadá, sancionó a ocho personas y entidades asociadas con la ocupación rusa de Crimea en Ucrania.
Tras el anuncio estadounidense, la OTAN expresó su apoyo y “solidaridad” a Estados Unidos ante la adopción de las sanciones por lo que denominó “actividades desestabilizadoras”, en particular en Ucrania y Georgia.
Relaciones deterioradas
Las sanciones, destinadas a enviar un claro mensaje retributivo a Rusia y disuadir actos similares en el futuro, seguramente exacerbarán una relación ya tensa entre Estados Unidos y Rusia.
Desde enero, y con la llegada a la Casa Blanca del nuevo presidente, las relaciones entre Moscú y Washington se han deteriorado aún más y muy rápido. El embajador ruso en Estados Unidos fue llamado a consulta después de que Joe Biden dijera que su homólogo ruso era un “asesino”.
Rusia, a la que ya se le aplicaron nuevas sanciones durante este año, ha sido reprobada por encarcelar al principal opositor del país, Alexey Navalny y, de acuerdo a Washington, ha sido sorprendida ‘in fraganti’ en múltiples casos de piratería informática.
Además, Moscú ha desplegado tropas con decenas de miles de efectivos en la frontera con Ucrania, acusando a Kiev de planificar una ofensiva contra los separatistas prorrusos del este ucraniano.
Rusia hasta ahora ha ignorado todos los llamados occidentales para reducir sus tropas en la región.Rusia despliega fuerzas militares para «ejercicios» en su flanco occidental (EFE/EPA/SERGEI ILNITSK/Archivo)
En este contexto, Biden llamó el martes a Putin para ofrecerle realizar una cumbre en un tercer país. El Kremlin no aceptó la propuesta inmediatamente, pero acogió la invitación de manera satisfactoria.
Sin embargo, el jueves el Kremlin juzgó que las nuevas sanciones estadounidenses no van a favorecer la organización de la cumbre propuesta por la Casa Blanca.
“Lo que se está discutiendo actualmente –probables sanciones– no va a favorecer de ningún modo tal reunión”, estimó el portavoz de la presidencia rusa, Dmitri Peskov, añadiendo que es cuestión “de los dos presidentes si esto la impedirá o no”.
“Condenamos cualquier iniciativa de sanciones, las consideramos ilegales”, agregó.
Secuelas de la intrusión de SolarWinds
No quedó claro si las acciones de Estados Unidos realmente darían lugar a un cambio de comportamiento ruso, especialmente porque las medidas anteriores de EEUU no han logrado poner fin a los ciberataques rusos.
La administración Obama expulsó a diplomáticos de Estados Unidos en 2016 en respuesta a la interferencia en las elecciones presidenciales de ese año. Y aunque Trump a menudo se mostró reacio a criticar a Putin, su administración también expulsó a diplomáticos en 2018 por el presunto envenenamiento por parte de Rusia de un ex oficial de inteligencia en Gran Bretaña.
Los funcionarios estadounidenses todavía están lidiando con las secuelas de la intrusión de SolarWinds, que afectó a agencias como los departamentos del Tesoro, Justicia, Energía y Seguridad Nacional, y aún están evaluando qué información pudo haber sido robada. La infracción expuso vulnerabilidades en la cadena de suministro, así como debilidades en las propias ciberdefensas del gobierno federal.
Las acciones representarían la segunda gran ronda de sanciones impuestas por la administración Biden contra Rusia. El mes pasado, Estados Unidos sancionó a siete funcionarios rusos de nivel medio y superior, junto con más de una docena de entidades gubernamentales, por un ataque de un agente nervioso casi fatal contra el líder de la oposición Alexei Navalny y su posterior encarcelamiento.