Fuente: La Nación
La difusión de los aumentos salariales que recibieron personas del entorno del presidente del Congreso, el senador colorado Óscar “Cachito” Salomón, en plena crisis sanitaria por la pandemia del COVID-19, generó indignación en la opinión pública, sobre todo porque se estableció supuestamente una política de austeridad en las instituciones de los tres poderes del Estado.
Algunos funcionarios de la Cámara Alta recibieron hasta más de G. 8 millones de incremento de la noche a la mañana, de acuerdo a las denuncias que se realizaron. Igualmente, otros casos siguen apareciendo, como el planteado ayer en redes sociales que involucra a la directora de la bancada del Partido Demócrata Progresista (PDP) en la Cámara de Senadores.
Se trata de Diana Rocío Vargas Núñez, quien además de percibir un ingreso como funcionaria contratada en la Cámara de Senadores, es también funcionaria permanente en el Congreso Nacional a partir del mes de diciembre del año pasado, según lo publicado en el portal de datos abiertos de la Secretaría de la Función Pública y que cobró estado público a través de las redes sociales.
Los usuarios no tardaron en expresar su molestia por esta y otras situaciones que van apareciendo, como el cuestionamiento del por qué la ciudadanía debe cargar con el pago de servicios como el que hace un director de bancada.
“Es un servicio que debería pagar cada partido”, indicó una usuaria de Twitter, mientras otros recordaban el caso de Mercedes Canesse, directora de la bancada del partido Frente Guasu en la misma cámara.
Otro, ya de manera más directa, dijo que “mientras el país se cae a pedazos, ellos siguen robando”, reflejando el sentir de la ciudadanía, que cada día sufre por las carencias en el sector sanitario, debiendo recurrirse a muestras de solidaridad para paliar la dramática situación por la que atraviesa el país, en el peor momento de la pandemia.
También aparecieron comentarios criticando que el Congreso Nacional, teniendo dos cámaras, tenga tres presupuestos, lo que posibilita que se presenten estos tipos de situaciones.
Independientemente de los casos que aparecieron o que puedan ir apareciendo en el transcurso de los días, el doble discurso de la austeridad por un lado, y las contrataciones y aumentos salariales por el otro, son un tema que enerva a la opinión pública, que ve cómo la pandemia está causando estragos en un endeble y carenciado sistema sanitario y en la economía en general.
Mientras comienza a hablarse de la posibilidad de la utilización de fosas comunes para enfrentar el aumento de la cantidad de fallecidos a causa del COVID-19, van apareciendo casos de aumentos salariales y contrataciones de funcionarios en una muestra de nula sensibilidad de las autoridades ante la penosa situación del país.